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martes, 31 de agosto de 2010

Éxito

Si fuera un éxito mis pasos,
no seguirían tus pasos.
Si fuera alguien tu recuerdo
no nublaría mi mente.

Cada paso a la grandeza
me alejaría de ti,
en la cima tu presencia
no importaría para mi.

Las fiestas y las medallas
los trofeos y los premios
limpiarían, de mi corazón,
el desastre que haz hecho.

Si fuera un éxito yo,
si pudiera llegar a la cima
no importaría tu amor
tu amor no me importaría.

Pero no llego a la cima
cada día sigo tus pasos.
No hay éxito no hay trofeos
y tu amor sigue importando.

Como un sabueso, en las mañanas,
me despierta un fino aroma.
Es tu fragancia a lo lejos
que todavía me enamora.

Lucho, me revuelvo.
Sufro para no caer,
pero vuelvo a decir tu nombre
vuelvo a sentir tu piel.

Éxito busco y exijo,
en esta empresa tan cruel
olvidarme de tu nombre
al siguiente amanecer.

jueves, 26 de agosto de 2010

Tu dolor.

¿Que si me alegra tu dolor? No, y aunque ya no me preocupa, ni me molesta; seria cínico decir que me alegra. Tu dolor solo satisface un instinto dormido de venganza, no necesito venganza. Necesito justicia. Esa que me ha negado el destino, dios, o yo mismo. La justicia que también me negaste tu. Pero igual de absurdo que tus razones es mi búsqueda de justicia en un mundo injusto. Como si el universo mantuviera un puntaje entre buenos y malos, soy responsable de mi dolor, tu del tuyo.

Si hubiera un dios le gritaría que me lo he ganado. Me he ganado alegría honesta, me he ganado la paz en mi corazón, me he ganado sonreír sin una lagrima en mi interior. Cada alma que he remendado, la tuya incluso. Cuantas veces recogí los pedazos que llegaban hasta mi, cuantas veces arme tu corazón para verlo al otro día de nuevo destrozado. Cuantas veces llegaste con una lagrima que supe secar. Pero te pareció que pedía demasiado, después de todo no pude quedarme. Ya no valía tanto la pena. Pero no te busco a ti, busco justicia. Y si hubiera un dios reclamaría lo que me he ganado por derecho propio, lo que es mio desde hace mucho. Paz.

Pero seamos sinceros el universo no equilibra la balanza, no hace justa la vida. La vida es injusta por naturaleza, de otra manera no habría vida. La vida es como un patán, toma lo que necesita de quien lo necesita y cuando lo necesita, después sigue adelante. ¿Es consciente el agua del océano que puede ser vida o muerte?¿Es consciente el fuego del volcán que para dar las tierras mas fértiles destruye todo a su paso? No, no es justo, pero es necesario. No era justo lo que pasó, pero ciertamente era necesario.

No domino todos mis pensamientos y aveces es como si alguien mas viviera dentro de mi cabeza y me obligara a ver una y otra vez la película de mi vida. Es un drama muy cursi, una historia que raya en el cliché. Pero es también quien tiene las mejores ideas, resuelve los problemas mas difíciles y le encuentra sentido a esta realidad cada vez mas retorcida. Una conciencia exagerada que trata de arreglarme a mi a la vez que arregla el mundo; al final no arregla nada. Es este inquilino dentro de mi cabeza el que exige justicia. Que cree en dios y el karma y el universo y les demanda la justicia que no tendrá jamas.

Yo si entiendo porque no tenemos justicia, nunca obtenemos lo que merecemos, si no lo que ganamos. Soy un tonto que se ha ganado un destino que no se merece. "Te mereces lo mejor"... que derecho tenias de decir eso si sabias que tu no ibas a dármelo. ¿De quien lo obtengo?¿A quien debo pedírselo ahora?

Y vienes con otra historia, con tu dolor. Hay quien cree que debería alegrarme. Karma, le han dicho. Pero ¿porque debo alegrarme? No me hace feliz tu desgracia. No me entristece tampoco, me entristece mi propio dolor, incluida esta esa persona que ya no eres, que representas muy bien y finges ser a momentos. Pero ella ya murió, antes incluso de terminar, antes también de mudarme. Aveces pienso que solo existía en mi cabeza.

Puedes sufrir o alegrarte,
puedes reir o llorar.
Puedes venir o alejarte
a mi tu vida me da igual.