Adios

Compartimos un cigarro, algún aula, una idea.
No ha sido mas que un momento, un instante de una vida.
Y hoy que en el camino se ha consumido una vela,
¿quien ilumina el camino que apagado se queda?

Se que no vale la pena ni siquiera mencionarlo,
si pudiera de mi vida yo te regalaba un año.
Se que juntaríamos muchos, otra vida para ti.
Para que alcances las metas que querías conseguir.

Y es que duele y entristece perder una vida valiente
un pilar, un estandarte una visión diferente.
Por lo pronto ten buen viaje, nos veremos lo se,
hasta siempre amigo mio, hasta la próxima vez.

Llévame

Llévame a un lugar en donde no estés tu. Si te vas a ir encuentra un sitio donde no te recuerde. No me abandones sin antes asegurarte que jamas te recordare. Si te vas y te recuerdo seguro te buscare. Volveré te buscare. Volveré y te amare.

Encuentra el punto de mi memoria donde empezaste a ser lo que hoy eres para mi. Borralo, llevatelo de mi. Borrate pues, borra todo lo que fuimos; y después te puedes ir. Soporta tu el dolor de verme a los ojos y que no te reconozca. Y que sepas que es lo mismo que siento yo cuando ya no reconoces este amor.

Piénsalo bien, si te vas no volverás, no volveremos. Yo no te recordare ni nada de lo que fuimos. Si te vas no hay vuelta atrás, y si un día vuelves arrepentida de haberte ido yo no sabre de ti ni nada de lo que ha sido.

Mejor quedate otra noche y dejame convencerte de que olvidar es morir, de que alejarte es sufrir, de que perdernos es un error y que separarnos es... mejor nos quedamos, nos amamos y continuamos hasta el amanecer.

¿Que somos?

-Y ¿que somos?- preguntaba, tratando de ser seria y apenas lograndolo. Esa linda cara no tiene una gota de seriedad, pero siempre me roba un suspiro. Toda su vida resultaba muy complicada en ese momento y la mía resultaba tan simple (quererla era un don con el que nací), era ella quien debía responder esa pregunta, no se si buscaba ayuda para encontrar la respuesta. Pero a mi me bastaba con amarla. El mundo en ese momento parecía ser de cuatro paredes y ella era el centro de mi universo. Que importaba la denominación que nos pusieran, que importaba la razón social, este amor no declara impuestos. No nos demandarían por copiar alguna marca registrada, somos dos que se aman, somos una pareja imposible, somos amantes, novios, esposos, somos tu y yo. Sus ojos negros se hundían en los míos exigían una explicación, ella se exigía una explicación y creía poder encontrarla en mi. Pero yo no quería explicar nada, yo quería besarla. Al siguiente día todo podía ser diferente y yo solo disponía de esos instantes. Tal era su frustración de no saber que representábamos que una lagrima suavemente se deslizo por su mejilla hasta mi mano que sostenía su rostro apunto de desplomarse en un mar de lagrimas.

-Somos el uno para el otro- respondí con toda la seguridad de saberla mía y saberme suyo. Sonrió. La bese.

Apagado

Cuando termino lo arrojo al suelo con un aire de superioridad, con su zapatilla roja de tacón alto se aseguro que estuviese apagado. No, no era un cigarrillo. Era mi voluntad.